sábado, septiembre 30, 2006

Poema de Marcos Maiz (poeta comodorense)

Escribo apresurado, en los asientos de los colectivos,
y en los apuros de confundir y perder paradas
dejo muy al descuido versos incompletos
desperdigados en el suelo del vehiculo

escribo de parado,
y dejo el suelo chorreado de frases picantes
mientras mastico los parrafos
apresurado en llegar a ningunas partes

mientras juego a leer la borra
y seducir con mentiras
a cualquier rubia que me demora
en los quehacer de cada día

escribo urgente las paredes
viejas consignas de viejas miserias,
en el acta de la comisaria;
mi despecho de profugo

te escribo en una pantalla
que golpea con sus luminicas
esencias de maquina eletrica
las verdades que te acercan

te escribo a las dos de la madrugada
con tinta de sal, mientras sueñas
que mañana es domingo
que te quedaras en casa
produciendo orgasmos



te amo en la escritura
para ser tu enemigo
en el transito de los hechos


te escribo para mentirme
para decir que te engaño
que no importas
y no reinas en esta cama

te escribo para reprocharte
la maldad de partirme con suspiros
la dignidad de atorrante
y callar tus celos de hembra

te escribo para joderte el día
para recordarte mi existencia
para no darte momentos de paz


te escribo porque me manejas
con tus malditos silencios


te escribo para dejarte loca
mas todavia, y mas si se puede
confundida mareada maltratada
toda escrita de consignas
que te reinvindican y reclaman

te escribo
porque sos
una tragedia
la novela
que se escribe
todos los días

sábado, septiembre 23, 2006

Vendas & gasas

tomás watkins



I

2004,
ahí me di cuenta:
los viajes, el frío,
el vino. Los golpes
a uno mismo
dado
vuelta. Las manos rotas,
temblando, el pie sangra
y la jefa de guardia me insulta,
–borracho,
con los casos serios
que hay.


II

Comienza de pibe
con perros que te muerden,
con laderas de bardas rojas
donde nos tirábamos
sentados en cartones,
la risa desbocada y la mente
haciéndose agua.
Más tarde empecé a robar
nostalgia a las tardes, al cine,
a los libros que leía por única vez
y perdía.


III

Pocos años de vida y se veía venir,
tanta sed de cosas rápidas,
el alcohol esperando
ahí afuera.
Y la plata para las vendas,
y la plata para el cartel
que rompí a trompadas
una noche de whisky.
Entonces el juzgado,
de testigo, de acusado,
víctima siempre
y la doctora que no logra
mi redención.
Ella y sus piernas,
sus pechos enormes,
masticando chicle
jurídicamente.
Me aconsejaron
que no la dejara
hasta que todo se calmara;
no pude hacerlo.

Todavía
no termina.


IV

Debe haber empezado
aquella tarde
cuando no llamé a mi viejo
para el cumpleaños.
Que no me preocupara,
que estaba bien, de viaje,
tranquilo.
Dos días más tarde
lloré.
Por la inclemencia,
el tiempo perdido.
Mi viejo trajo ese libro
gordo con un cuento
para cada día del año,
nos lo leía al Pablito
y a mí [Belcebú
lo tenga en la gloria,
se fue
a una ciudad colorada
a vender algo
y lo vendió todo];
jugábamos al fútbol y leíamos,
qué magia de pibes.
Salvo el Luigi:
años después
apareció de policía
al que le pesa
la camiseta,
nos dijo –qué bueno verlos
y nos pidió
que dejáramos de fumar,
que había chicos.



V

Ahora que lo pienso
estaba Natalia,
aquella chica a quien culpé
de mis primeros cigarrillos.
Cuando mis viejos me preguntaron
dije que estaba dolido,
que ya era tarde.
Tomábamos té
con facturas o masas,
15 verdes años:
ella
eligió.


VI

O empezó cuando Aylén dijo
que los poetas somos
un poco más lentos,
aquella tarde lluviosa
que perdí mis palabras
tratando de armarle
el corpiño.
Ahora cambió el discurso
y cría a su hija
lejos del pibe que la golpeaba,
que también mordió a Delfina
en la frente y una vez
me gritó –¡no te metas
en mi vida!
Debí romperle la cara,
estábamos justo
enfrente de la farmacia
donde me conocen.
Son cosas que pesan
por no ser santos, por guardar
la intención y el deseo
para un momento ideal.
[En el libro
de ese pibe decía
“matar: quitar la posibilidad
de las miserias y conquistas,
de lidiar con la resaca,
la oportunidad.”
Una mierda, la crónica.]
Cuando pasa tiempo
y no veo a este sujeto
fascinante y violento
me siento intranquilo;
pienso en la nueva
víctima, en su casa,
los seres queridos.


VII

Los viajes trajeron
de nuevo el aire fresco
que reinaba en la plaza,
cuando creía que el mundo
consistía en hacer goles.
Viajar es bueno, una vez
miré a una mujer a los ojos
y me vi mirando a otra mujer
a los ojos, en otro lugar,
no hace tanto.
Alguna de ellas me dijo
–tenés talento
para los finales. El viaje
hace bien, y olvidar.
Después la vuelta, tener que volver
con frío, calor, película
o baño abajo y accesorios, dice Raúl
en ese texto áspero y dulce,
naranja con vodka.
Chatarra, chatarra en los pueblos
del regreso,
chatarra somos
aguantando el peso
de la cara oxidada.


VIII

No empezó ahí, es cierto,
pero la Biblioteca fue mi faro,
un pararrayos, el manantial.
Las socias se acercaban salvajes
en la escasez de la tarde
y reían.
¿Qué fue de la gordita
con trenzas que batió
el récord de permanencia
en sala? ¿y de las otras dos,
en eterna maniobra?
¿De qué se reían?
Ahora las cosas cambiaron
pero ellas están frescas,
en estación,
como en un poema
de otro.


IX

Escribo mientras la gente
se va quedando dormida;
los colectivos tienen luces
dentro y fuera.
Escribo porque ahora no tengo
las manos vendadas,
estoy en paz.
No puedo recordar
tantos viajes, tal vez lleve
fragmentos, esquirlas,
dos líneas, el vino
inconstante, las señoras
inmortales
leyendo poemitas
para sus nietos, egoístas.

Y el calor, la humedad,
lluvias torrenciales y uno siempre
distinto en los recuerdos,
en las cosas que dejamos
o no tenemos
y el clima despacio
se mete en las letras.


X

“Siempre la misma cantinera,
siempre la misma canción”
en el anfiteatro donde aterricé
de cabeza y le dije a una mujer
que no estaba en oferta; di un paso
en falso desafiando la noche:
el pasto y los vidrios
en mis dedos.
Vendas & gasas,
barata la caída,
un clavado sin agua
para satisfacer al mareo.
–Cuidate, la garganta es débil
me dijo mi viejo.
Pelado, me hubieras visto,
tan prolijo venía
con los codos morados
de sangre, de vino,
de noche en el piso
y la agüita, el rocío
en la espalda del Seba
con raíz en el pasto.


XI

Vuelvo en forma de prosa, –¡Ja!
dijo ella, –¡vos no podés
volver en forma de prosa!
Pero vine,
vine en forma de prosa
y escribo la sangre de mis amigos
que no puedo traerme; escribo
la muerte de las mujeres
de mis amigos que no puedo
traerme; escribo el recuerdo
de las mujeres muertas
cuyas manos siguen cubriendo
a mis amigos que no puedo traerme;
en Chile o en Bahía Blanca, de poesía
o de cáncer, la muerte nos muerde
los labios cada vez que amamos
el vino, el vodka, la birra de Ale
y el idiota que dijo –¡porro! bien fuerte
para que no fumemos más,
y callemos.


XII

Debió comenzar
de un momento a otro,
tortura o suerte; pero debe
terminar. Se cansan las ventanas,
los cordones, las salas de espera
de habitaciones blancas.
Hoy no soy más grande, no he cambiado,
me voy a cortar
el pelo y aprendí cuánto tarda
en curar cada herida:
la de los pies
molesta tanto
que no podés
escapar;
la de las manos
siente vergüenza.
Hay otra,
más profunda y secreta;
tanto
que ya no duele.

lunes, septiembre 18, 2006

Poemas de Juan Pablo Añino

Hacer cualquier tipo de presentación de la poética de Juan Pablo Añino, no sólo es faltarle el respeto a él, sino a toda una tradición de poetas que siguieron un tortuoso camino, basta nombrar a Artaud, Fijman, Trakl. ¿Cómo articular con palabras lo que se escribe con la mente, el cuerpo, el terrible laberinto hacia uno mismo?
Sí alguien puede, inténtelo; yo, no me atrevería.


Poemas

En mi están
e1 diamante sagrado,
el zafiro secreto,
la esmeralda prohibida.

Soy el mago del encanto
que brilla
en el fuego de la hoguera.
Soy un imán de fuego
y magnetizo
en la sombra
de una noche
algebraicamente
soñada.

Quisiera decirte al oído. Ven, acércate.
-----------------------------------------

Otro cristal biselado, cautivo del sol,
emite su fulgor en mi mirada clara.
Las joyas brillan en sus pedestales.
El museo es un lugar umbrío
atravesado por rayos de luz
centelleantes en las vitrinas cerradas con doble llave.
No hay quien mire mi transformación en mi dios de los diamantes,
en el señor de los zafiros y de las esmeraldas.
Solo yo, solo, me visto de luces en la penumbra.
Ese brillo que logro lo disfruto lentamente.
Me vuelvo una galaxia y recorro el museo
inundándolo con mi luminosidad.
Voy de vitrina en vitrina, transformándome
en alguien cada vez más precioso.
El guardián nota algo extraño,
y se acerca por el pasillo;
cuando llega a mi, soy un observador opaco,
frente a piedras aparentemente distantes
e inútilmente valiosas.
Eso si, se asusta un poco al verme los ojos rojos
brillantes como rubíes.



Asesiné cuatro diablos mudos
muecas del infierno:
dolor - miedo - incertidumbre-tristeza
Asesine su silencio quemante
con un agua bendita
con olor a podrido.

Dejaron de doler.
Dejaron de temer.
Dejaron de dudar.
Dejaron de entristecer.

Se ahogaron en la bendición
de su pútrida humedad
traicionados por un asesino
que decía ser Dios.
Un dios con olor a podrido.

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Algunos sentimientos
desbarrancan pronto
en el hueco de la mente
con el corazón sangrante.

Es un set de pensamientos-trampas.
Algo dice en mi no entres. Una boca traga.

“La vida es un solo tiempo
en un segundo eterno.”


Te hablas ido. Al lugar más lejano de la tierra. Hay
un lugar mas lejano que todos los otros... A veces pasa alguien como una ráfaga de espaldas.

RASTROS DE UNA CRONOLOGIA DÍSPERSA



Juan Pablo Añino debe tener hoy unos 40 años y andar vagando por establecimientos mentales del país.
Lo conocí hace algún tiempo en uno de los encuentros en Villalonga, una mañana de febrero, traía botas de cocodrilo, una sonrisa inmortal de verano y un equipaje abultado adornado con etiquetas de exóticos parajes, como escapado de una novela de Osvaldo Soriano.
No dejo rastros la tarde que desapareció.
Sólo una carta autoenviada en la cual se preguntaba si habría un momento en el que podría estar en un lugar mejor.
La memoria o la casualidad hicieron que encontrara su libro, que quise compartir con ustedes.

viernes, septiembre 15, 2006

Poemas de Rodolfo Lagori

Rodolfo, 32 años, Lagori, tucumano, ingeniero, poeta, ganador de un par de menciones, en Junin de los Andés, Gaiman, Famaillá, integrante del taller de Pablo Montanaro, lector, Girondo, Pizarnik, M.Yourcernar, Boris Vian, Cortazar. C'est tout.

Y ya que estamos te paso uno cortito y al pie:


tuvo un instante de duda
como el que se tiene
tire o empuje
o si la mano derecha es la izquierda
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entre sus manos
llevaba el polvo del camino

a cada paso
se le escurrían piedritas

de vos, de mí
de todas las miradas en el espejo

tardes en que la caida
se asemeja a una gota
temblando por sobrevivir


---------


A los chicos hay que engañarlos con espejitos de colores. No es una tarea sencilla. Dominar al garketing exige la sabiduría de un pequeño saltamontes.
Los niños se dejan seducir por avisos en la tele. Que le compren la barbie, que el robot estudioso lo ayudará en la escuela, son impulsos emocionales que suelen durar un verano. Si, pero un verano tiene 5 años para ellos. Y así, no hay economía que aguante.
Ahora el demonio planifica bajar la edad mínima para el uso de la tarjeta de crédito: 8 años. Edad que aprendern a firmar en el DNI.
Padres globalizados, unios.
Apaguemos televisores, desenchufemos la internet. Dejemos tirados en el piso, yoyos y llantas de bicicleta.



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¿Es necesario numerar las páginas?
Si, claro que sí.
hasta las del índice

incluso un índice del indice estaría bien

es fundamental para la racionalidad

a las páginas hay que ponerlas en fila y
que se numeren
empezando por el uno y terminando en la última hoja

si está en blanco no importa
todas las hojas cuentan en la viña del señor

jueves, septiembre 14, 2006

Segundo Libro de Laureano Huayquilaf



Presentación

Por Alfredo Giménez

Voltaire decia que la civilización no suprimió la barbarie, más bien la perfeccionó haciéndola aún más ruda, más bárbara. Caminar las calles de cualquier ciudad es descubrir paso a paso esa barbarie traducida en exclusión social y marginación. Gran caminador de todas las ciudades, Laureano Huayquilaf (el Chino para los amigos) eligió en esta oportunidad su Trelew natal para desnudar esa barbarie en una serie de poemas ya descarnados, ya intimistas, pero siempre ser urbano.
Ciudad Cigarro, su segundo libro es eso, pero también es mucho más. Como buen cigarro, este libro se disfruta lentamente y las volutas de su humo se van metiendo de a poco en el lector.
Heredero de una tradición poética y basándose en ella, este segundo libro del “Chino” invita a adentrarse en calles y callejones donde “los pasos de la noche/ resisten madrugadas/ y el todo de tu cuerpo/ protesta y encandila”. Caminos impensados donde “Fuimos amontonando espigas/ a contramano”.
Párrafo aparte para el libro, donde sobresale el original tamaño, la cuidada edición de Leonardo Rago y la fotografía de tapa de Laura Pérez.

trelew

Vueltas muchas tiene
y la piel naranja
trelew mío.
La vertiente del asfalto
tira un lagrimón de codicia
sus brazos
envuelven despacio
todo el frito sabor.
Los pasos de la noche
resisten madrugones
y el todo de tu cuerpo
protesta y encandila.
La vuelta de sus calles
arrastra como vos.
Callecita de mis rezos
tierra en pichana traías.
Aguatero de tus brotes
festichola humedecida.
Ay ciudad te conviertes
cáscara oscura
cabarute.
Rojizos manantiales tengo
cuando tus amarras
suelto.
8
taller de bicicletas
Rueda la rueda rueda
chueca espera y gorda
la espera monedas.
Plato de guisote
acomoda la cadena.
Bolsillos en las manos
torcida corona
una huevada.
Girona rueda rueda
manubrio asiento
guardabarros.
Pernos apretados.
A rodar muchacha
una cartera.
Se despeina
frizona mañana.
Llegan bicicletas llegan.
El hombre cada día
se para en los pedales.
Escucha la campana
ultimo embalaje.
9
morochona
osamenta
La morocha
entonaba sus derrapes
y el corcho de una sidra
pachangueaba.
Un chorro de vino
enloqueció la mira.
Y el miraje de aquellos hombres
fortaleció la osamenta
de cicatriz morochona.
Ella
pecho a pecho
definió a penales
con el trece malandra.
Y en el infortunio
eyaculaban ojazos
curvas
madrugadas.
Y forcejeando
como fuego en el carbón
estallaste
pulpa y pulpa.
10
ruta oxidada
Parecen puñaladas
abandonados galpones.
Ruta espera
tránsito pesado.
Humos extraños
ropa de grafa
cascote mal tallado
meseta.
Figuraciones nomás.
Por esta parte del cigarro
la cosa es como el tabaco.
Los viejos carteles
indican lo que hicieron.
Ocio austral.
11
escalera tiembla
Brama en la bruma broma
carcajada sencilla
descalza borrachera
por la tarde.
Así vengo.
Golpeada puerta y entro
escalera se nubla
y otra puerta.
Aguada musculatura tiembla
soles en mamadera.
No me basta una canción
para expresarte.
Como papel de bolsillo
conversación arrugada.
Borrachera de peces
naufragio.
Cueste lo que cueste
hambruna de tus raíces.
12
el pan de cada día
Enjuagado rostro
en la surtida mañana.
Sus ramas
sacuden la masa.
Y en la empolvada mesa
de blanco todo blanco
se lanza especializado
(a los moldes).
El fuego
astilla grasas
harina trasnochada
moribunda luna
en el mostrador.
Piden panes
pibes de ayer.
Resiste la cuadra
escobazos pisotones.
Abre sus puertas
clásica panadería.
13
llave de paso
Vive paseando la noche
parte de mi realidad.
Pasa en revistas y diarios
pasa en voces
tejido manual.
Pasa latido rocoso
pendeja manda
humareda sin sal.
Salpica tu grito
palabras y canto
fresca muchachada
que viene y se va.
Caen los bolsillos
de una sola cara
y en la madrugada
alguien comprará.
Cuerdas musicales
esquina de centro
mi vecino rengo
dele transpirar.
Garganta pelada
vestido harapiento.
Su perro
su boina
manojo de cientos.
La voz que circula
faldero lamento
14
ojala amanezca
no haya más verso.
A cuesta las cruces
la noche y el rengo.
A diario los diarios
gobiernan los sueños.
Y el plato de voces
un breve alimento.
15
a Fernanda
Cincelado cachete rojo
portadora de gritos
alegre retoza.
Brota un rulo apasionado
lana y crochet.
Bufanda de mis brazos
calorías de piel.
Mocosa de peluche
tinta cicatriz.
Llanto niño
vertido sobre el pasto.
Ronroneo aplasta
palabras nuestras.
Fresca mañosa
y todas las ventanas
del amanecer
entre tus carnes.
16
vuelta de hoja
Entusiasma su portada
tanto papel amontonado.
Junta noticias la vereda
se informa pasajero
de dos patas.
Buenos días como va.
Muestra sus carnes
la chica de tapa
pronta devolución de amaneceres.
Como buscando festividad
transita gente acurrucada.
En las buenas y en las malas
revistero de lata.
Hospital de ojos
almacén de charlas.
17
jugos de ciudad
Cenizas
y sobre la mesa
un fresco trago.
Persona movía sus caderas
griegos consejos
tocaban de oído
y palpaban música vieja.
Baila ciudad
tus remolinos.
Esquina tuerce
bailanteras cenizas.
Beben los jugos de ciudad ciudad
arden filtros callejones.
Cenicero en ojeras.
Espalda luce ropero
tajo que llega rabioso
madrugón.
La botella me transpira
un pedazo de mujer.
18
alimento gris
Machucaba metales
bajo cosquilla de tripas.
Compro chatarra compro.
Bronce cobre
baterías viejas
compro.
Hierve olla
en el brasero
compro chatarra compro.
Llanto de niño
goteaba pañales.
Aluminio
viejas cosas
compro chatarra compro.
Rebusque de mis vapores.
19
trifulca
Vuelan piedras
vidrios rotos
patrullas rodean el lugar
y las cámaras de televisión.
Adentro
destrozos causan
jóvenes endrogados.
Toman de rehén
al kioskero
el que les vendía
cigarros y caramelos.
Un disparo
suelta toda locura.
De un lado y del otro
balacera
heridos
ambulancia.
Vecinos embravecen
participan.
Llegan más refuerzos
vuelan más piedras.
A toda hora
y en todo lugar
total despelote.
20
delicadas atenciones
Conocedora de rostros
gesticula movimientos.
Mirada de mar rabioso
de mar
más mucho mar.
Ofrece sus negros ojos
blanco resplandor.
Ocasiones.
Me loco vuelve
sus recios enojos
y miran sus guindas
el proceder de una gente.
Salsa picante
sabrosa
rubia de mostrador.
21
el Ruperto
Alpargatas y bombacha
venía talón y talón.
Extrañado.
Un manojo de pilchas
y todas las ganas de conocerte.
Cachirulos en apuro
rareza en el aire.
No es lo mismo (se decía).
Cuantas guainas sueltas
ta güeno el pueblo.
Pañuelo al cuello
y camisa
como imponiendo presencia
en toda la rareza.
Paisano lo llaman.
Y el paisano
enfrenta su destino
como degüello al cuchillo
en la soledad del encuentro.
22
quemazón
Espacio hace el bandoneón
entre locura y el amor.
Pastito fresco
una canción.
Milonga y revolcón.
Resbala valle tu aliento
juglería me alimento.
Sorbo tiembla
escombro.
Escuela cerca.
Perfiles trepan maleza
pasamanos la cerveza.
Río ardiente y triste
un galope de vereda.
23
negra ilusión
De negro la negra
en la negrura de la noche.
Transita mojada
y en sus tacos resiste.
Envuelta en harinas
ahora en palabras (protesta).
Ordena sus calzones
putas
putas ciudades
como me gustan putitas.
De negro la negra
wiscacho revuelve
preñada valiente.
Pedazo de teta
ensombrece los montes.
Montaña de cosas así
en la negrura de la noche.
Un boquete de mi pueblo
y un mordisco en el cogote.
24
seres en bolsa
Colchones mojados
excusan ruinas.
Pocos dientes
casi nada.
Llegando bolsones van
vienen abriendo forradas.
Estrechan besos
entregan risotadas
esperan
saborean y observan
hombres desabitados.
La miel justifica
apretadas de gañote.
La bolsa
nos hizo
un quiebre de cintura.
25
vieja vidriera
Revuelcan bolsillos
dedos ahumados.
Estanterías de ropa (fascina).
La tienda propone
el hombre tranquilo
poco se conforma.
Naftalina del barrio vidriera.
Años consumo
como paquete de cigarro.
Ilusiona billete
almidona infancia.
Todo es
camino a luján (la tienda).
26
ciudad cigarro
Bajo cielo
con faroles muy modernos
colmillos cacarean
sobre el lomo de un ladrido.
Congestionadas calles
asoman.
Propagandas contra la pared.
Huesos al ritmo
samba carnaval.
Temprano enloquece
tironean mostradores.
Ciudad cigarro
abre sus piernas.
27
sobre de líneas
Timbretazo
bolsón de sobres
lomo inflado.
Ruedas cumplen
ronda de remitentes y destinatarios.
Código postal
abarca sueños.
Esperanzadas noticias
avanza el cartero
y sostiene.
Cuando abrimos papeles
respiramos profundo
la cara se dibuja
una línea de palabras.
28
lombriz solitaria
Van y vienen los carros
motorizados en motriz
de hombres manchados.
Cada corte
revive sentires.
Da vuelta la tierra
toma aire (dice le hace bien).
Adorna césped canteros.
Injertos.
El que tiene mano
asegura frutos en la planta
y el que no
paga y se pone.
Crece bolsillo
en algunos jardines
y en otros
naturaleza muerta.
29
polvo suspendido
Se vuelve todo viruta
maderal de tronco y tabla.
Aumenta jugueteo
cuando cola pasa.
Enrarece imaginación.
Serrucho a la fuerza
rasca nudos
sus aserrines
se amontonan.
Polvoriento mediodía
lija y escofina.
Tiñen de cedro mis dedos.
Bosque de lenga y machimbre
en la garganta de los remos.
30
presocrático
Paso pronto
frío polar
así anda la cosa.
Documento adonde va?
de donde lo sexual produce
corchos y otras cosas.
Adonde va?
donde un carozo
muestre sus brotes.
Espero cama caliente.
Nombre?
cuerpo libre.
Apellido?
no me acuerdo.
Naufraga noche.
Profesión a clonador.
Y a qué se dedica?
tráfico de embriones.
Parecía semilla reventada
cara de esponja.
Tendrá que acompañarme
adónde?
vamovamo.
Marcas o tatuajes?
la vida llevo tatuada
31
la vida
la llevo bien.
Sobrenombre cómo le dicen?
ya le dije no me acuerdo.
Así que sos...
Sacate los cordones
vacia los bolsillos
queda detenido
por infracción a la naturaleza.
Páginas escritas
de preguntas desencontradas.
32
Caballito de batalla
Chico de la bolsa
como estación de servicio
inhala todo.
Peinan matorrales fachada
cumbia y rocanrol.
Olor a perro mojado.
Y tu alma.
33
espejo sucio
Hediento
raído
brilla presencia en los paredones.
Cada bolsa
cada lata
cuenta piojos
vibran ratas.
El ciruja de la city
cobija ramas cartón.
Baldío de piel oscura
nosotros y él.
Fuelle obliga
como ayuno varios días.
Arboles de plaza
esconde la crotez
de los espejos.
34
diferencias del caso
Como tropilla
corre sangre machucada
y golpe a golpe
salieron.
Los parroquianos
en muchedumbre
se agolparon.
Afuera y en fila.
Las siluetas
fueron enroscando
rabia del momento.
El barbudo
atropelló primero
dio contra la humanidad
su puño.
El parietal izquierdo
aguantó
cimbronazo tal.
Se agachó la noche
como temerosa.
Se inflaron los gritos
sangre.
El segundo golpe
dibujó planetas en el aire.
Focos de luz
abrían una luz
35
en la revuelta brava
y animalesca.
Más gritos.
La ventolera
del segundo golpe
fue como lluvia de verano.
Despabiló al petiso
y le sembró
minerales en las manos.
Encaró como todo en su vida
a ganar
aunque pierda.
Su golpe
salió disparado ciego.
Todos vieron
cando cayó
el grandulote armazón
de carne y hueso.
Sus palabras fanfarronas
sepultadas en esa caída.
Todos volvieron a la barra
de chupindanga.
Era un despelote más
en el trajín de las copas.
Un montón de rojo
inauguraba la cicatriz.
36
corte de soga
Con aire milonga
decime cuántas veces
volcaste la mirada
tanto popurrí.
Tu larga medialuna
sin dolor
embarga bienes.
Hoy vuelve la memoria.
Fragancia de tomillo
problema de nariz.
Aquella pipa de agua
nuestras burbujas respira.
Y aguantamos apretados
como ropa en el tendal
hasta los primeros conciertos.
37
a quién le pique
se rasque
Llegan como llegan
y llegan como se van.
Chapotean sus lenguas
babosean.
Habitan
conveniencias de mercado.
Piel de gusano
panza pelada
de tanto andar
arrastrados.
Señores
existen los chupamedias
como algas de mar
habrá que recogerlos.
38
buscando tonos
Escalera tembleque
pintarrajeada
te acurruca.
Cae polvillo
y lija prepara
campo de acción.
Buscadores de tonos
enloquecen paredes.
Acido pintura
rodillo y pincel
trabajan colores
sueñan.
Y entre laburo y laburo
chuchofrío de bolsillos.
39
don Prudencio
Sereno y claro
rayaba sus días.
Tenía horizonte
más lejano más
que foquito de linterna.
40
juego de manos
Las naranjas
hacían jueguito
como el 10 de la selección.
Las bengalas
acompañaban luces de auto
semáforos
y la gente.
La misma que aplaude y grita
dale bo dale bo.
Las naranjas incesantes
arrastran con la gambeta corta
todos los vientos
de la esquina.
Rugen motores
luz verde
y a correr
naranjas malabares.
Acelera la ciudad
se lleva puesta
ilusiones de propina.
El malabarista
aprietas sus fuegos.
Y el dale vos
dale vos
ponga huevo que ganamos.
41
domingo temprano
Caen resabios de madrugada
viene rodando
alto sol.
Y el fermento.
Pateo piedras
y pateo.
Marcho en la cuesta
de la otra vereda.
Recorro sigiloso
temeroso
la nostalgia.
Saboreo de igual modo
tu sexo depilado.
42
che zapato
Reciben y reciben
las rodillas.
Aguantan lo que viene
sigue costura hilo
remiendos de la calle.
Soluciones baratas
y ligeras.
Cuero gastado
tinta
y los olores de la piel (la tuya).
Todo el día zapato.
Suela de día
suela de noche.
Buenos dientes
entre cuatro paredes.
43
atestigua manada
Puertas aplauden
temprano enloquecen
a cualquiera.
Revistas de sana vida
entregan y joden
y golpean...
Dormir no dejan.
Mucho ruido
pocas nueces
en las ruinas del señor.
Jesús
ha dejado de existir
dios
así lo quizo.
44
atractivo revuelo
Como en las películas
grandote y melenudo.
Alboroto mucho
despertaba y enredaba
parte de ciudad enloquecida.
Los primeros rugidos
inquietaban domador
y su látigo (atigraba aún más).
Los enanos
lucían a diferencia.
Y los vagos chimpancés
pelaban la banana.
Hay que ponerles un billete
te devolverá muchos
pero no era blanco
más bien
parecía cansado
encerrado
de pueblo en pueblo.
El tumulto
perdía interés
con los días.
Aquellas carpas
se llevaron un cacho
de mis porciones.
45
alunados
Amigo
la luna
sirve sólo
a los enamorados.
46
medallón de oro
Intentan peaje
habladurías de la suerte.
Todavía
conservan vestiduras (algunos).
Negocian lo que venga
y lo que va.
En su lengua
entreperdida
cascoteada
gitana colectividad
muerde paso del tiempo.
Y los cachirulos
alcancía
de sus veleros.
47
corso
Desnudos cuerpos danzan
hacen transpirar
al ojo animal.
Y sudan
los cuerpos sueltos
de rabia.
Corre el compás de los bombos.
Ahí va
la chica de los sueños
incendia el carnaval.
Hierve asfalto
y la sangre
y ese ombligo que gotea.
Sacude el esqueleto
mi pueblo.
Cuerpo a cuerpo
abren su abanico
las comparsas.
Achican todos los espacios
y te dejan solo
frente al mundo.
48
eclipse
Hoy
he vuelto a tomar
algo
con el viejo amigo.
Anecdotario sepultado
en alguna parte.
Fuimos amontonando espinas
a contramano.
El tiempo ratero
sin complicaciones
hizo lo suyo.
Y terminamos chapoteando
en la rocosa sencillez
del momento.

Poemas de Luis A.

Es músico y poeta. Como músico hace mejor lo segundo, y como poeta lo primero.

Sobre la luz
de Calipedia
infinito destruyes
confines
del universo
prueba irrefutable
de tu
pasado
en sombras



XXXIV

Lámpara sangrienta
ahuecando
mis ojos
con su luz
tu luz, tulús lutrec
y prostitutas
confines
sin fines
a fines
de lo que nadie
quiere explicar





XIV

No hay fantasmas
en la
ópera
solo quedan
infinitos sobres
sin abrir
puertas infinitas
de la
madera
descubiertas.


XVIII

contra bajo
recorre calles
tu alegría
delirante
maletín
de penas y
muchos olvidos



XXII

infinitos
afines
tan remotos
como la

onomatopeya
iujuuuuuuuuu

de boca surgida
delirante

caricias al margen
de una piel
sin dragones.

martes, septiembre 12, 2006

Celebriedades-returns-III

Desafío: ¿alguien sabe(...)?




Aunque muchas veces no lo veamos, las paredes nos hablan y también nos preguntan: ¿Alguien sabe en que lugar termina el fin?. Nosotros no, por eso si alguien tiene una respuesta que deje su comentario.(Poema hallado en una pared de trelew)
Gracias Yenny por enseñarnos el lenguaje de las paredes.

Spíndola Original

Jerez Volcado

(Versión original del poema, rescatado por Jenny Paredes y publicado en ciudadcircular.cl)
Gentileza de Alfredo Giménez



Te digo que soy viejo

yo era pez
un pez espada de perfil
siempre yéndose
yo era un pez espada
navegando adentro de una roca
mi mar
es una piedra oscura.

cuando era pez
vivía en el cielo
negro
de una piedra gaseosa
y había un túnel en el fondo
había un barco siempre lejos.

después
me puse chico,
niño de hombre,
me puse a deshacer a pelotazos
el portón de la casa de mi abuela
le pegué tantas patadas
que le hice un agujero
y nos fuimos con mi perro.

y hacía frío
afuera del agujero del portón
de la casa de la madre
que criaba pájaros y los soplaba
hacia el favor del viento.

resbalaba
yo resbalaba sobre calles escarchadas
con agujeros en los zapatos
mi perro caimán
lamía mi alma agujereada
se comía la tierra de mis uñas.


soy un hombre viejo

el viento ahora ronca
una vez quebró un poste de luz
delante de mis ojos
y cayeron los cables con pájaros electrocutados
no había luz
eso fue cuando era niño de hombre.

porque otra vez
yo andaba en el agua
y era una manzana salada
una manzana verde de mar
hecha polvo en el oleaje
espuma de manzana
lamiendo las orillas de la tierra.

te digo que soy un hombre viejo

cómo será ser nada
cómo será esa nada
que rodea nuestras vidas?

soy viejo
ya lamí el himen fosforescente
ya soplé con tus pezones margaritas
ya deshojé la punta de tu leche.

he vuelto a dormir
adentro de un ombligo.

ya sé que para volar
hay que arrancarle la piel a una doncella

dame un trago de jerez
y un beso
tus pies son tan delicados
me los bebería de un solo trago.

y ahora la lluvia,
te digo que soy viejo,
la lluvia lava las mentiras

cae sobre los cementerios
y deja como nuevas las tumbas
y las cruces
la lluvia es buena para el pelo

la lluvia moja el mar en este instante

hacen el amor la lluvia con el mar?
nacen hijos de ese amor?
hombres de agua que calmarán la sed
que hay en este mundo?

ahora mismo soy un niño viejo
adentro de una piedra
mirando llover
y llover
sobre el lomo de los siglos
no sé
dame otro trago de jerez.

Poemas de Maha Vial

Poeta chilena, vive en Valdivia y es infatigable difusora de la cultura. Estos poemas fueron sacados de Joni Joy, su último libro. Creo innecesario hacer cualquier comentario porque su poesía habla por ella misma más que el mejor de los elogios.

Poemas

Confusa patidifusa
Pestañas de prosti sofis
parpadea absoluta
reina de los ríos.
Poética del verdegris en el fondo
de lo platinado.
vaguedad germánica incrustándose
en la ósea de frío
de húmedo mohín de moho
¿Dios dejó de sonreír sobre el rostro
de los muertos?
Eólicas huellas vagan por el tapiz
de mater polva en las esquinas
del polvo
(hay alguien aquí que amo con desesperación)
la pobreza desta loca:
escondida bajo cojimesa
no sea que la visita se percate ¡oh, Dios!
¿qué hay de los vivos buenos y vestidos?
¿conspicuos selectivos con cierta tristeza
en el andar?
paseando realeza entre sucias palomas desta plaza de la república
nada más nada menos república.
Y si el ojo avizora su ojo
el milagro desnuda:
lunática chapoteando melancólicos
brazos en el ícono de toda ribera.
Se deja querer, sin embargo,
bajo el trueno del relámpago
vacilante la copa en la penumbra
de los besos.
Así te amo verdorosa:
embriagada y erótica.
Nunca fue más mentira aquella
facha de moderna estructura:
ha de ser el bosque
ciertos lobos payasos
y un río que no acaba de parar
la mirada de su luminosa:
pétalos de ocre color
patidifusa confusa
a ratos pestañosa
en la boca de mi huracán.








Echada sobre la cuenca de la vida esa energúmena fantasiosa
terríbleda fea y pobre más encímela vagando por las callejotas
añorando amores prohibídelos tantos requerires rogándolos
entre tantas bestianas hermosas lozanas no hay salú ni que
fuera una rockoide maldita si por lo menos hablara inglés
Pero la locala insiste es su balbuceo de niñota caprichosa
contaminando el aire con su cargádala de orinaca no hay salú
pa' los respetabloides ciudadanos que pagan sus contribuciones
y escuchan al Mozart sin entender la huevádala mientras la
otra en esa otra realidad continúa llorándola dejando vegetar
los mocoides y la miseria que se niega a morírela.

la lala






La Rosa Moco tiene la pollera sucia
La Sara Moco las tetas grandes
Rosa y Sara pasan por la ciudad dejando
estelas de malolientes fragancias
Una es la madre La otra, la hija
A la Moco madre la cruzan miles de arrugas
como ríos de trapos rotos
de hambre entre tripa y tripa

La Moco hija urde la pasión
bajo las fajas de su mugrería
¡Qué amor ni qué sexo!
Tan repobre y retonta que la han de ver
Ningún hombre decente se acercaría
Pa' cobijarla P'arrullarla y sacarla
de su amurramiento
con suaves y eróticos arrurrúes
¿?????línea o qué???
¿Qué hombre? ¿Quién?
May be Elvis Presley singing love me tender
Pero ya es gusano y en este lado de
la guaracha
la Rosa y la Sara comparten el pan
comparten el vino



oh tan bíblica que es la pobreza

lunes, septiembre 11, 2006

Palabras desde California


Miguel Martínez

Nací en Stanford, California, Estados Unidos, durante el exilio de mis padres durante la dictadura militar argentina.Vivi seis años en Mexico, y en el 84 tras el retorno de la democracia, me instalé con mi familia en Carmen de Patagones, Argentina.
Actor, escritor, recitador de colectivos,empleado de alguna editorial olvidable, lavaplatos y actual busboy en San Francisco, California.
Así recorri ciudades del sur y pueblos de sudamerica, de Neuquén a Cartagena, de Villalonga a San Francisco, a veces quedandome a vivir, casi siempre de paso,
y actualmente en California, junto a mi compañera, con el enorme deseo de retornar a Argentina en pocos meses y descorchar un vino con ustedes.


Madrugada


Todos en el final.

Llegamos en buses,

otros de la mano, a gritos algunos,

y unos pocos sin palabras.

Una madre con flores

daba senales de pisar la tierra,

desfilaba con un hijo en un brazo y nada

en el otro brazo.

- alguna vez estuve – dijo alguno- en el desierto

del oeste , en el embarcadero de alla, en un puerto de aca,

con una orquesta.



En tanto la noche no callaba nunca

y una bestia dormia, ya humeda,

a caballo

(porque ya no era sueno de nadie)

y un abejorro le tomaba el pelo.



Todos se inclinaron por el recuerdo,

por el vino en el paladar,

la comida caliente,

la mujer, la misma,

el hombre, mi querido.



Unos seres volvieron a nosotros,

nos tomaron del pecho para saber si estabamos locos,

nos revisaron los dientes.



Yo preguntaba por mis muertos,

y no halle mas que una cancion de cuna.



- ey, yo tambien soy argentino – dijo un argentino – argentino argentino,

y hay que vivir con esta mala, con esta mala, con esta mala suerte mala

salud

la reputisimamadre.



Caminaba un idiota de madrugada pidiendo cigarrilos

y porros y molestaba y molestaba en la garganta de los amigos del museo.



Tomamos café en el velorio de un senor asesinado en el noticiero de canal 7,

y por la manana aparecio Helen en brazos de Juan Gelman

o de cualquier otro hombre

(en brazos de Juan Gelman si sus pechos crecian,

en brazos de cualquier otro hombre si sola oscura

no sabe nada nada sino callar o deshacerse) .

Nadie dijo palabra

(todos alguna vez hicieron el amor sin pavura

sin dar con su paradero,

en un oscuro pais que no tiene nombre) .

Con los pulmones crecidos

(no en el agua no en la tierra)

el marido de una mujer lloraba con a.dvertencia:

que calamidad que calamidad

detras de cada madrugon se esconde un titere,

detras de cada ano

se esconden miles de ninos con desnutricion y moscas.



Un borracho de la misma luz

entonaba una cancion:

venga un rasgueo y ahora..con el permiso de ustedes le estoy cantando senores a..a..
un pedazo de mi corazon…donde estas corazon?...araca corazon…cristal…tu mirar,tu reir..
que sapa senor…te maquillaste el corazon…fantoche herido mi dolor se alzara…se alzara..
cada vez que…la noche mas absurda..el dia…sol de mi vida fui…y en mi caida..
donde estas corazon?...pilchas viejas…unas flores y mi…y mi
duende que en la sombra…
llore sin saber llorar,
cante sin saber cantar…
venga un rasgueo y ahora…

y todos aplaudieron ese olvido,

todos,

malandras, viejos carcamanes, un peloduro, un alunado, una bataclana, un bichicombe,

una briquetera, un cabure, un cacatua, un cachafaz, un cafiolo, un calandria, un calesitero,

un canillita, una chirusa, un cocoliche, una concheta, un cortamusa, una copera,

un cornelio, un diler,

y tambien una fasolera.



Era un boliche piola, para hecer los bajos,

arrimar la chata, dar alce al cuore.

Era un farangon bien debute,
un batuque, de entrecasa.

pero,

un dia nos quedamos en yanta.

- estamos en la lona viejo – dijo un loco- nos patearon el nido.



Ahora cada uno en su pais,

en el pais donde a cada uno le ha tocado cinchar y tener hijos,



como juguetes que aprenden a creer en dios,

como una marioneta enferma

que solo recuerda un beso,

un solo beso, en su verano final y te dice al oido:



Las callecitas de Buenos Aires tienen ese que se yo viste?
salis de una casa,
de cualquier casa menos de la tuya,
por el abasto,
lo de siempre en la calle y en vos,
una cloaca,una estafa,un monton de companeros muertos,de tangueros envilecidos,
de rubias taradas.
cuando de repente detras de un tugurio me aparezco yo..


Eso dice la marioneta.


Por la manana,

un vendedor ambulante,

de bus en bus,

de rostro en rostro, recita bienaventuranzas,

garantiza el buen uso de sus maquinitas de afeitar,

libritos para colorear, los poderes magicos de GILDA, por la modica suma…

Una enfermera acude a sus moribundos, palpa rinones, sostiene los penes,

lleva el dedo indice a los labios:

SILENCIO POR FAVOR.



Lo que queda es

un hombre dividido por su dolor, haciendo pis en el recuerdo,

casi sorprendido por las luces de la ciudad.

Es un murcielago de fiestas familiares, casi hombre, con raices en el pasado.

Cada recuerdo, cada legumbre acostumbrada al pedacito de hombre,

cada ojo repartido por la mitad en el vicio de esta madrugada, este disfraz de vagabundo:

por el mismo nombre te van a llamar a vos,

color de penurias,

numero de identidad,

estado civil,

sexo,

estatura.

estamos perdidos en el otro mar, fuimos abandonados por la misma madre

y todos somos padres de esta excavacion, de esta desgracia.

virgen angustiada y aburrida y viciosa, perro suelto en el corazon, canerias

de todas las habitaciones podridas al sol,

donde durmieron a mi lado dieciocho mujeres histericas y una escritora de sonetos desagradables.

Ultimo gesto de perdon.

Ultimo escalon de olvido.

Maremotos en el cuerpo de dios.

Es preciso el poema?

pregunto a quien corresponda.
Yo guardo con desprolijidad unos cuantos poemas de amor, son poemas mios,

sobre gente que vive muy triste y en lugares muy hostiles.

Tambien escribo sobre los muertos, cuando pienso que ellos no pueden andar en bicicleta,

ni discutir sobre politica, ni tener celos,

ni siquiera pueden volver a ser ninos

se da cuenta?

si yo estuviese muerto no podria hablar con usted,

ni hacer el amor con mi mujer despues de hablar con usted,

ni preparar un matecito luego de hacer el amor con mi mujer.

y si usted estuviese muerto tampoco podria escucharme.

verdad ?

Poemas de Carlos Aldazábal


Carlos Aldazábal, Alvaro Urrutia y Dante Sepúlveda en el puerto de Ing. White.

Carlos Juárez Aldazábal nació en 1974. Es de Salta. Su primer poemario, La soberbia del monje, se publicó en 1996 gracias a un subsidio de la Fundación Antorchas. A ese libro le siguieron Por qué queremos ser Quevedo (1999) y Nadie enduela su voz como plegaria (2003). Entre otros, obtuvo el Primer Premio Regional de Poesía de la Secretaría de Cultura de la Nación y el Primer Premio del Segundo Concurso “Identidad, de las huellas a la palabra”, organizado por Abuelas de Plaza de Mayo. Es Becario del CONICET, docente universitario y periodista.
Su blog es www.elpimentero.blogspot.com



Las cantinitas
a Dante Sepúlveda y Álvaro Urrutia

Aquí
el mar ha regalado
una ocasión.

En la calle Torres
desfilan perros
y la noche pasea por carteles
de neón
en desuso.

Hay una luz en una puerta:
promesa de pecado y aventura.

Al frente,
tailandeses despistados
hacen de la memoria
un laberinto.

Y ahí están los poetas,
testigos del despiste,
celebrando en cornalitos
la amistad que surfea
en la cerveza
sobre el viento tembloroso
en la puerta
de la casa amarilla:




en esa brisa la libertad y la constatación

de un paraíso inalcanzable.



El nombre de las cosas

Después de discutir unos minutos
ambos colocan sus ojos en lo alto.

Nadie se atreve
a preguntarle a la luz
cuál es su nombre.












Romeos y Julieta a Rodrigo Galarza

Las de lunar al cuello seducen con los dientes.
Eso pasó en Rosario.
Una sonrisa secando la orfandad que cada noche
tortura a los que ejercen el vacío
(abandonados Romeos capaces del poema
cuando la luna brilla en esos dientes
para luego opacarse sobre el cuello).

Talismán imposible,
memoria llena:
canción de tres poetas seducidos
por una sirenita en tierra firme.





Composición de espacio


Circunvalar el lugar
donde reposaba el deseo.

Rodearlo, asediarlo,
manotear el aire a la altura de los hombros
y capturar un rostro que no existe.

Una soledad que certeramente se conoce.













Reconstrucción



Mover el piso
espiraladamente,
desencajar las baldosas
con las ganas,
sacudir el corazón
con los cimientos
y abismar la desazón
entre las ruinas.

Temblorearnos un poco
para seguir viviendo.














Calandria


El porvenir aclara la garganta
de la cantora, la que nunca calla.

Cuando lloran en el valle ella trina,
y nadie puede saber si es otro sol
el que aclara las penas.
















El ojo y el jilguero



Probablemente el ojo se equivoque
al demorarse.

Cada demora implica una condena,
la densa oscuridad que forma un círculo
para esa ventana inconsistente.

El jilguero no es cuervo y sin embargo asusta:
porque calla se puede tolerar su presencia,
porque canta se suele celebrar su silencio:

cada nota lastima.

El jilguero en el monte adensa la mañana,
estatua insospechada mueve en la sombra
los hilos de ese cuerpo y su pico es un dardo,
una saeta.

Probablemente el ojo lagrimee
cuando el jilguero le devuelva la noche.




Pero lo nuestro es pasar



Al costado de la memoria
percibo la fotografía del pasado.

En ese esquema de latidos,
la disolución de lo posible.

(¿Pediría una palabra la imagen inconstante?
¿una medida descifrando el talle de las pérdidas?)

Es la sabiduría de lo breve.

La que me retiene en sus ojos
para celebrar en el reposo
la tenue evocación de mi futuro

(probabilidades y certezas
como el crecimiento y la reproducción).

Un anhelo feliz que al encarnarse
se vuelve presa fácil
para los dientes de la nada.


(a propósito de una exposición de Diego Haboba)
























Debo estudiar francés



Olga Orozco preparó un arrollado
bañado en chocolate
y vino Miroslav, que es cocinero,
a la hora del té.

También estaba yo, poeta inédito
incapaz del francés y el galicismo.

El rito comenzó con la vajilla.
“Leeré en el futuro las llaves del abismo
para saber qué puertas nos tocarán en suerte.
Qué casas cruzaremos, qué portal venturoso,
que llanto inagotable hablará en las gargantas”.

No recuerdo el pronóstico.
Pero sí su paciencia, su infinita bondad,
la mágica infusión de su voz poderosa.
Y el “estudie francés” imperativo
que siempre descarté.

El domingo pasado tuvimos otro encuentro.
Pero estaba en La Pampa:
un museo de infancia que ahora es Olga.

Ahí viven sus libros (incluyéndome a mí),
y sus plantas, sus piedras.
Y además Berenice maúlla en tono bajo
profiriendo ladridos.

Ella se preocupó por explicarme
(esta vez sin rodeos)
cómo la muerte juega en los jardines
y los portones crujen
cuando suenan pavanas y milongas.

Y el llanto comenzó como gotera,
y no quiso parar hasta vaciarme
el poco mineral que hay en mis huesos.

Olga me consoló con galletitas y un pocillo de mate.

El llanto no cesó.

Aunque leo francés no puedo hablarlo
y no puedo nombrar
con esta boca

en este mundo desde esta pena.




Amelia Biagioni me habla por teléfono


Hoy no hay alfombras para Amelia.
Pero su voz me visitó de pronto
aletargando el sueño.

Ese viento feliz me permitió su imagen:
su lento deambular de diana cazadora
detrás de la sonrisa y el poema.

¿Cómo salgo de aquí para encontrarla, Amelia y su jazmín
en su alfombra encantada, en su hilito de voz,
temerosa y lunar, hilanderita, preocupada en llamar, en acordarse,
aunque tema salir a la vereda por los lobos del mundo
y prefiera quedarse visitando de lejos?


Que no me corte.

Que la muerte se olvide de nosotros.

Que el tiempo se congele para siempre.








[Todos los poemas son inéditos]

domingo, septiembre 10, 2006

Celebriedades -returns- II



Útimos ensayos de Celebriedades, antes de la presentación de octubre; de izquierda a derecha: Mansilla, Sabatini, González, Blasco, Villareal, Watkins y Carrasco, ajustando detalles en un bar de Neuquén.

miércoles, septiembre 06, 2006

Más poemas de Silvia Iglesias


Instinto (Genético)

I
Desconfiá –dijo Antonio-
de la poesía en la prosa
entonces confié
en la prosa de la poesía



XVIII
Señores turistas
alquilo olvido.



XXX

Cuando supe
que te había dado todo
sin que te des
por enterado

dejé caer mi corteza
como una cáscara seca

y seguí

a savia viva.


SIGNOS (VITALES)

I
Voy a ajustarme
la ropa al cuerpo
para que no se anden cayendo
los huesos


VII
No se si lo hago
para mí
o
contra los otros.





XIV
Tan guerrera
entre los yuyos

tan ordenadora
de la paz

puertas adentro.



XXIII
La penas
nacen en mí

las penas
mueren comigo.


XXVIII
El ego
no me deja
ser yo.


IMAGEN (SOÑADA)

XV
No puedo dormir
una noche de esos
me arranqué
el sueño.


FIGURA ESCULPIDA (EN HIELO)

I
Ella llegó con una reposera oxidada
él con una silla de escuela
sin respaldo

Ella se puso la peluca rubio platino
él se apuró a sentarse.

Después
buscaron ojos
que les dijeran
que no importaba
que estaba bien.


IV

Nadie es como la pintan
nada es como lo cuentan

hay que caerse del cuadro
salirse de la historia

para saberlo

lunes, septiembre 04, 2006

Poemas de Silvia Iglesias

Silvia Iglesias nació en Puerto Madryn, donde aun reside. Periodista, profesora de letras e incansable batalladora en el campo de la cultura, "Cuerpos perfectos" es su primer libro, y con el que ganó -en 2004- el concurso XXIV Encuentro de Escritores Patagónicos, que se realiza en Madryn.
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Cuerpos perfectos esbozados en tinta china
Por Alfredo Giménez, editor del suplemento Tinta China de EL CHUBUT (1991-1994 y 1999-2001)


Eran los comienzos de los’90 cuando Silvia lanzó la idea. Pero ella estaba en Madryn y el diario en Trelew. Además la comunicación por esos tiempos era un viejo colectivo que llevaba y traía notas escritas a máquina. Asi es como comenzamos con esa loca idea. Ella, patagónica de nacimiento y yo un bonaerense que aún se extrañaba del viento a 60 kilómetros en la hora.
Pero hoy me convoca su libro, un libro extraño y no sólo por su grosor que destaca sobre todos los otros de poesía en mi biblioteca. De hecho, de todos los libros de poesía que he tenido en mis manos (poesía de autor, se entiende), creo que este es el primero en superar las cien páginas. Pero esas “cientipico” de páginas son unas de los que con mayor placer he leído en los últimos tiempos. Pocas veces se logra con palabras simples, y además pocas, describir “ideas e imágenes estremecedoras”, tal como tan bien lo describiera Víctor Redondo.
No quiero repetir los elogios que este libro recibiera de poetas tan reconocidos en esta Patagonia, como Moisés, Williams, Oyarzábal o Spíndola (nombres cuya opinión es mucho más importante que la mía, por supuesto); sólo resaltar que el mismo transita -con singular eficacia- un camino muy gastado por el mal uso que hicieron de él malos poetas, quienes creen que la brevedad es igual a profundidad.
En los poemas que integran “Cuerpos perfectos” no existen las sentencias didácticas, ni las preguntas metafísicas o los cuestionamientos morales determinantes y archisabidos, tan típicos de un género en el que se gastan muchos kilos de papel innecesariamente. “Cuerpos perfectos”, en cambio, sólo creo que propone un juego con el lector. Un juego que exige compromiso.
Ese de jugar con las palabras, la imaginación. Es decir, un libro que deja las puertas abiertas a quien lo lea para completar con sus propias palabras las líneas que crea faltantes de cada poema. Introducirse a descubrir esos cuerpos perfectos es meterse en un mundo de palabras simples, cotidianas, pero que en la voz de Silvia no son para nada banales.
Pero no es mi intención realizar una crítica literaria, por cuanto –repito- hay personas con mucha mayor capacidad para ello. Estas son sólo palabras usadas para decir lo que pienso del libro de una amiga, de la que nos separaron los caminos. Los mismos caminos que días pasados -y pasados muchos años- nos encontraron en una esquina, muy lejos de aquellos años ´90, pero siempre pensando que-como diría Irma Cuña- utopía es pensar lo imposible como posible.
Alguna vez, en aquellos tiempos, le dije que sus notas me gustaban porque estaban escritas en oraciones breves, con palabras claras y sencillas, capaces de transmitir una idea sin apelar a rebuscados recursos idiomáticos.
Hoy la felicito por traducir todo eso en su poesía. Gracias Silvia por este libro.



CUERPOS PERFECTOS
De Imagen (soñada)


I
No puedo dormir

soy una mujer cubista
con un trozo de hielo
sobresaliendo
de su garganta


III
Muerta en el pastizal
con la bikini negra
y una mano
nacida de la tierra
metiéndose
en su entrepierna


VIII
Ella dijo
disparame
quiero morir

ella pensó
disparame
voy a condenarte




Figura esculpida (en hielo)


V
De vacaciones en el mar
ella le dijo
vos no que me querés
más
y el contestó

vinimos hasta acá
a olvidar
todo eso


XV

La madre entró en la casa
qué frío – dijo
y todos
temblaron
un poco

domingo, septiembre 03, 2006

Mitos y verdades de la poesía

El poema que Sebastián González presentó en las "Conversaciones de otoño 2006", ante un público que reía y otro que no tanto. Espero que disfruten este lúcido cálculo de porcentajes.

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- El filamento de banana es mentira.
- Borges murió virgen.
- En el ámbito de la poesía corre mucho faso porque no hay suficiente plata para comprar merca.
- La cerveza viene mala porque la hacen con arroz.
- El 63% de las poetas de entre veinticinco y treinta años son madres solteras.
- En los encuentros de poesía da para cualquiera.
- Los hippies y los saltimbanquis le hacen mal a la poesía.
- Las poetas que están buenas y que no están limadas están en pareja con alguien ajeno a toda sensibilidad artística.
- Los de Celebriedades son todos machistas.
- La nuez moscada también es mentira.
- El 77% de las poetas que están buenas simula comportamientos lésbicos.
- Los círculos de escritores están llenos de gente que no sabe escribir.
- El 68% de los poetas fuma porro.
- Los poetas que en sus textos hacen referencia a la droga generalmente se drogan.
- Todos los poetas putos de la historia se han acostado con pendejitos.
- Los poetas son todos resentidos sociales.
- Los que más se cuelgan en las mesas de lectura son los que peor escriben.
- La poesía sirve para levantarse minas.
- A las poetas que usan morral de hilo les gusta Spinetta.
- Todas las poetas que leyeron a Pizarnik confiesan haber pensado en el suicidio más de una vez.
- Los poetas viven todo el día en una nube de pedos.
- Las poetas que están más buenas no son las que mejor escriben.
- Los poetas organizan encuentros de poesía para leerse entre ellos.
- Los poetas que usan ropa ancha son los que menos se bañan.
- Bukowski no tomaba tanto como él decía.
- El 79% de la poetas mayores de sesenta y tres años les dedica poemas a sus nietos.
- El 52% de los poetas que fuma porro tiene un frasco de gotas para los ojos en el baño de su casa.
- Todos los poetas creen que lo que escriben es bueno.
- El tunning le hace mal a la poesía.
- Lo que más consume un poeta es alcohol, cigarrillos y porro.
- Girondo limaba mucho.
- Las mesas de lectura son aburridas.
- El 75% de los poetas pelados usa boina.
- El 57% de los poetas pelados fuma porro.
- Ginsberg era poeta, pelado, puto, usaba boina y fumaba porro.
- Los poetas que más escriben sobre sexo son los que menos cogen.
- El 46% de las poetas que tienen el pelo corto usa polainas de lana.
- Los poetas viven quejándose de todo y no quieren laburar.
- Los poetas le hacen mal a la poesía.
- La poesía sirve para viajar gratis.
- Las mallas enterizas le hacen mal a la poesía.
- El 85% de las poetas que tienen buen culo no tiene nada de teta.
- El chaleco de cuero negro le hace mal a la poesía.
- Al 97% de los poetas le caben las pendejitas.

sábado, septiembre 02, 2006

Celebriedades -returns-



El grupo Celebriedades conformado por Mansilla, Watkins, González, Villareal, Sabatini, Blasco (y con el prometedor regreso de Carrasco), vuelve a la escena de la poesía patagónica con un show poético-musical que los conecta con el poeta ecuatoriano Edwin Madrid, con el Bukoswki más crudo, el blues hecho por blancos y las raíces del otrora desierto neuquino, excelente confluencia con aditivos de un humor irónico y hasta melancólico por momentos.
Los “malditos”, que necesitaba este siglo XXI, supieron hasta el momento estar a la altura de su planteo estético.

viernes, septiembre 01, 2006

Tetralogía Trelewense



"versos que ladran desde el sur del medio para dante y sus infiernos
en el abrazo de siempre..."

Con estas palabras el poeta y amigo Mauricio Robles me hacía llegar una cuidada edición de poesía barrial trelewense, en una excelente convivencia de voces; completan la antología Arancibia, Rivero y Rojas. Proximamente estará a su disposición un audio con lecturas de los autores.

Otro De González




Datos de Autor: en verdad nació en el 78, puteando los goles de kempes(por eso el karma futbolero), es uno de los últimos románticos, y afirma ser un "buen chico".


ingleses, maradona y dios

no tendrían que haber sacado
a riquelme
a cinco minutos del final
nos confiamos
ya no somos buenos en nada
¿porqué nos metemos tan atrás
cuando vamos ganando?
hay que cuidar las piernas
me gustan las piernas
de marlene dietrich
¿porqué no lo liquidamos antes?
animals
animals
nos gritan animals
¿somos animals?
¿yo que soy?
¿porqué maradona se droga?
¿está mal drogarse?
¿porqué después
sacaron a ayala?
¿pidió salir?
¿estaba cansado?
dentro de un par de semanas
con mansilla
seremos homeless
¿adónde iremos a parar?
¿y si se apaga valderrama?
¿porqué los ingleses
nos sacaron las islas malvinas?
las malvinas
¿son argentinas?
maradona
¿es dios?
¿porqué escribo este tipo de cosas?
¿quiero decir algo?
¿pienso en el lector?
si entraba ese pelotazo
cuando íbamos 2 a 1 arriba
serían hijos nuestros
hijos nuestros
¿porqué decimos que dios
es argentino?


¿dios nos ha abandonado?
¿dios ha muerto?
¿la culpa la tienen los beatles?
¿quién la tiene?
¿pekerman?
¿galtieri?
¿yoko ono?
domingo por la mañana
estoy solo y tomo mate
fumo estoy adormecido
confortablemente adormecido
con mansilla
seremos homeless
adónde iremos a parar
¿porqué fuimos a la guerra?
¿porqué perdimos?
¿estábamos ganando?
el cenicero lleno
el mate caliente
el piso barrido
los platos lavados
¿porqué no podemos volver al paraíso?
¿la manzana es una metáfora del sexo?
tu hijo, señor, te pidió que nos perdones
porque no sabemos
lo que hacemos
pero maradona nos vengó
maradona les tocó
el culo a los ingleses
si maradona se droga
¿yo también puedo?
¿porqué no puedo volver al paraíso?
¿yo qué hice?
¿puedo tener un dios personal?
¿porqué ya no somos campeones del mundo?
si éramos derechos
y humanos
y maradona es zurdo
¿quiere decir que él es inhumano?
¿maradona es dios?
¿el camino de la izquierda es la salvación?
¿en las islas malvinas juegan al fútbol?
si yo no voy nunca a la iglesia
¿estoy condenado?
¿maradona está condenado?
¿y mansilla?
yo quiero volver al paraíso
y tenerla a eva corretando
desnuda al lado mío
¿porqué los futbolistas tienen tanta guita?
¿porqué la iglesia tiene tanta guita?
¿voy a ir al infierno?
¿el infierno es ir ganando
y que te den vuelta el partido
en dos minutos?
¿los ingleses están en el paraíso?
¿en el paraíso no se podía tener sexo?
¿eva tiene la culpa?
¿la manzana es una metáfora
de eva
del sexo
de eva?
si de ahora en más no tengo sexo
¿me salvo?
¿los curas tienen sexo?
¿con quién?
¿cómo se dice “el sexo de eva”
en inglés?
¿cómo se dice “me gustan las piernas
de marlene dietrich
y el sexo de eva”
en inglés?
si dios salva a la reina
¿maradona es el anticristo?
¿se puede hacer poesía con una pelota?
¿para qué sirve la poesía?
¿porqué perdimos si íbamos ganado?
¿la guerra es como el fútbol?
¿adónde iremos a parar
con mansilla
si seremos homeless?
¿y si se apaga valderrama?
¿y si se apaga?

Bitácora Celebria -Carrasco inédito-


Datos de autor: Nace en Neuquén, una noche de la que ya no tiene recuerdo. Publicó "Monocromático" (Libros Celebrios) y "El crimen sí paga" (Ediciones Ozono).
Fue repatriado recientemente por el grupo "Celebriedades" (foto).
De grande quiere ser Andrés Cursaro. Los poemas que abajo se presentan son inéditos.




Los dioses son débiles
necesitan de nuestra fe
para ganar existencia

No es extraño entonces
que de cada temor surgieran
los dioses primigenios

ni que el amor sea un dios
ni que sea un dios la muerte

***








Sin capacidad
de sentir intensamente
odio
amor
ni fanatismo por cosa alguna
con las emociones
atascadas en el centro de un dial
observo
con algo similar al desapego
juzgo
desde algo cercano a la objetividad
me pregunto si están errados
quienes me acusan de tener
un corazón
impermeable

***










Te dejaste atrapar
por la trilogía suburbana
la casa el auto
el asadito del domingo

Afiliado a una mujer
cancelás tus aspiraciones
de cruzar el Pacífico a nado
apuntarte en el Aconcagua
devolver los dientes a la palabra

Expiran tus minutos
balanceando presupuestos
administrando tu empresa
criando esclavos

Cuando en un hijo veas reflejado
lo que no debiste perder
¿vas a sofocarlo en entusiasmos
o enterrarlo bajo envidia?

***




Sabemos lo que quieren

que finjamos cara-de-escritor
(un puño bajo el mentón
la mirada oblicua)
en las fotos del suplemento cultural

que hablemos de inefables y nocturnales
de secretos y efímeros
de celosías y oropéndolas

no está bien ya sé
emborracharnos como cualquier vecino
hacer de la poesía una costumbre
que no reporta dinero
ni posición social

o algo tan mundano
como un plato de comida
una bocanada de aire
un vaso de agua

no está bien tampoco
negarnos a mover los brazos
cuando ellos encienden
el cartel de aplauso

***







“Esto es Arte” dicen

o “Eso no es Arte”
pelean contra otros
que no creen siquiera algo contrario
sino diferente

o dicen “Ensanchemos
las fronteras del Arte”

o “Salvemos al Arte
de sí mismo”

o “El Arte somos nosotros”

o mil idioteces más

Con la belleza no se meten
porque a pesar de todo saben
que mientras el Arte con mayúscula suele ser
un engaño
un invento
un negocio
una excusa
un subterfugio

la belleza desbarata
con sólo existir
cualquier discurso

***