lunes, septiembre 11, 2006

Palabras desde California


Miguel Martínez

Nací en Stanford, California, Estados Unidos, durante el exilio de mis padres durante la dictadura militar argentina.Vivi seis años en Mexico, y en el 84 tras el retorno de la democracia, me instalé con mi familia en Carmen de Patagones, Argentina.
Actor, escritor, recitador de colectivos,empleado de alguna editorial olvidable, lavaplatos y actual busboy en San Francisco, California.
Así recorri ciudades del sur y pueblos de sudamerica, de Neuquén a Cartagena, de Villalonga a San Francisco, a veces quedandome a vivir, casi siempre de paso,
y actualmente en California, junto a mi compañera, con el enorme deseo de retornar a Argentina en pocos meses y descorchar un vino con ustedes.


Madrugada


Todos en el final.

Llegamos en buses,

otros de la mano, a gritos algunos,

y unos pocos sin palabras.

Una madre con flores

daba senales de pisar la tierra,

desfilaba con un hijo en un brazo y nada

en el otro brazo.

- alguna vez estuve – dijo alguno- en el desierto

del oeste , en el embarcadero de alla, en un puerto de aca,

con una orquesta.



En tanto la noche no callaba nunca

y una bestia dormia, ya humeda,

a caballo

(porque ya no era sueno de nadie)

y un abejorro le tomaba el pelo.



Todos se inclinaron por el recuerdo,

por el vino en el paladar,

la comida caliente,

la mujer, la misma,

el hombre, mi querido.



Unos seres volvieron a nosotros,

nos tomaron del pecho para saber si estabamos locos,

nos revisaron los dientes.



Yo preguntaba por mis muertos,

y no halle mas que una cancion de cuna.



- ey, yo tambien soy argentino – dijo un argentino – argentino argentino,

y hay que vivir con esta mala, con esta mala, con esta mala suerte mala

salud

la reputisimamadre.



Caminaba un idiota de madrugada pidiendo cigarrilos

y porros y molestaba y molestaba en la garganta de los amigos del museo.



Tomamos café en el velorio de un senor asesinado en el noticiero de canal 7,

y por la manana aparecio Helen en brazos de Juan Gelman

o de cualquier otro hombre

(en brazos de Juan Gelman si sus pechos crecian,

en brazos de cualquier otro hombre si sola oscura

no sabe nada nada sino callar o deshacerse) .

Nadie dijo palabra

(todos alguna vez hicieron el amor sin pavura

sin dar con su paradero,

en un oscuro pais que no tiene nombre) .

Con los pulmones crecidos

(no en el agua no en la tierra)

el marido de una mujer lloraba con a.dvertencia:

que calamidad que calamidad

detras de cada madrugon se esconde un titere,

detras de cada ano

se esconden miles de ninos con desnutricion y moscas.



Un borracho de la misma luz

entonaba una cancion:

venga un rasgueo y ahora..con el permiso de ustedes le estoy cantando senores a..a..
un pedazo de mi corazon…donde estas corazon?...araca corazon…cristal…tu mirar,tu reir..
que sapa senor…te maquillaste el corazon…fantoche herido mi dolor se alzara…se alzara..
cada vez que…la noche mas absurda..el dia…sol de mi vida fui…y en mi caida..
donde estas corazon?...pilchas viejas…unas flores y mi…y mi
duende que en la sombra…
llore sin saber llorar,
cante sin saber cantar…
venga un rasgueo y ahora…

y todos aplaudieron ese olvido,

todos,

malandras, viejos carcamanes, un peloduro, un alunado, una bataclana, un bichicombe,

una briquetera, un cabure, un cacatua, un cachafaz, un cafiolo, un calandria, un calesitero,

un canillita, una chirusa, un cocoliche, una concheta, un cortamusa, una copera,

un cornelio, un diler,

y tambien una fasolera.



Era un boliche piola, para hecer los bajos,

arrimar la chata, dar alce al cuore.

Era un farangon bien debute,
un batuque, de entrecasa.

pero,

un dia nos quedamos en yanta.

- estamos en la lona viejo – dijo un loco- nos patearon el nido.



Ahora cada uno en su pais,

en el pais donde a cada uno le ha tocado cinchar y tener hijos,



como juguetes que aprenden a creer en dios,

como una marioneta enferma

que solo recuerda un beso,

un solo beso, en su verano final y te dice al oido:



Las callecitas de Buenos Aires tienen ese que se yo viste?
salis de una casa,
de cualquier casa menos de la tuya,
por el abasto,
lo de siempre en la calle y en vos,
una cloaca,una estafa,un monton de companeros muertos,de tangueros envilecidos,
de rubias taradas.
cuando de repente detras de un tugurio me aparezco yo..


Eso dice la marioneta.


Por la manana,

un vendedor ambulante,

de bus en bus,

de rostro en rostro, recita bienaventuranzas,

garantiza el buen uso de sus maquinitas de afeitar,

libritos para colorear, los poderes magicos de GILDA, por la modica suma…

Una enfermera acude a sus moribundos, palpa rinones, sostiene los penes,

lleva el dedo indice a los labios:

SILENCIO POR FAVOR.



Lo que queda es

un hombre dividido por su dolor, haciendo pis en el recuerdo,

casi sorprendido por las luces de la ciudad.

Es un murcielago de fiestas familiares, casi hombre, con raices en el pasado.

Cada recuerdo, cada legumbre acostumbrada al pedacito de hombre,

cada ojo repartido por la mitad en el vicio de esta madrugada, este disfraz de vagabundo:

por el mismo nombre te van a llamar a vos,

color de penurias,

numero de identidad,

estado civil,

sexo,

estatura.

estamos perdidos en el otro mar, fuimos abandonados por la misma madre

y todos somos padres de esta excavacion, de esta desgracia.

virgen angustiada y aburrida y viciosa, perro suelto en el corazon, canerias

de todas las habitaciones podridas al sol,

donde durmieron a mi lado dieciocho mujeres histericas y una escritora de sonetos desagradables.

Ultimo gesto de perdon.

Ultimo escalon de olvido.

Maremotos en el cuerpo de dios.

Es preciso el poema?

pregunto a quien corresponda.
Yo guardo con desprolijidad unos cuantos poemas de amor, son poemas mios,

sobre gente que vive muy triste y en lugares muy hostiles.

Tambien escribo sobre los muertos, cuando pienso que ellos no pueden andar en bicicleta,

ni discutir sobre politica, ni tener celos,

ni siquiera pueden volver a ser ninos

se da cuenta?

si yo estuviese muerto no podria hablar con usted,

ni hacer el amor con mi mujer despues de hablar con usted,

ni preparar un matecito luego de hacer el amor con mi mujer.

y si usted estuviese muerto tampoco podria escucharme.

verdad ?

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