jueves, agosto 31, 2006
Poemas de Tomás Watkins
Datos de autor: Podría haberse llamado Thomas Watkins, caminar los senderos de Father Brown y estudiar castellano para leer el Quijote, pero no. Nació en Neuquén junto con los tomadores de birra en medio del desierto, tiene el rostro gastado de viajes, vinos y frío. Tuvo un mal año(sus 26), por esa razón publica 26(Libros Celebrios), tiene inédito Mitología( esperemos que no lo edite). Tiene pedido de captura por su poema "Vendas & gasas".
próximamente va a aparecer
un libro de soledad
droga
y
prostitución
en ese orden.
Poemas
Estaba un poco loco
y no dejaba de adivinar cosas:
embarazos, la lluvia, eso.
Tenía también lo de pegarle
a las mujeres y tomaba
una especie de batido proteínico.
Sabía andar con tres pañuelos
de tela porque decía que los otros
no servían para lo suyo,
el resfrío de verano
y se mató en una moto
al palo, en la ruta.
Ahora recordamos las cosas particulares
y las no tan malas; el tiempo
juega con nosotros.
Dejó algunos hijos, el amor por lo extremo
y unas ideas sangrientas cuyo eje
es doloroso y su ejecución
imposible
a menos que alguien
salga lastimado.
Era fantástico ver cómo se metía
todo lo que pudiera, lo que fuera
humanamente posible
en el cuerpo, lo voraz
de su vida que se tragó
otras vidas y la velocidad
y la banquina.
Ahora le toca descansar.
05/08/05
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¿Qué tiene de malo
el sexo? Te lo pregunto
porque hasta los que se quejan,
hasta los que no lo merecen,
los que están solos disfrutan
de un poco del calor de otro cuerpo.
Charlábamos el otro día
y acordamos que nadie
está solo de verdad; apenas
el que ha perdido.
Vos, que lo tenés todo
y hacés gala de tu nariz altanera,
decime
¿no sería mejor que te dejaras
llevar por los impulsos
aunque sea un rato
durante el fin de semana?
Darling?
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El problema es la sombra,
la soledad a oscuras, una ventana
logrando que las cosas
parezcan inocentes.
También lo ajeno, ese ruido
sobre tu cabeza en la escalera
de caracol, la abuela, un gato
o la peor de las muertes.
Más: la falta de comunión
con el teclado. Taquicardia
en el mejor momento, duda.
Ahora sí la falta de costumbre.
Ahora sí las moscas de la casa,
la poesía, quietud en una pieza
de cerámica.
Manzana
dice el jugo,
no hay nada. Pero basta.
Se trata de volver sonriendo
a un lugar donde no estuvimos.
Una pitada más, el sabor
de lo perdido. La noche
se cae temprano. Molesta
la espalda, la oficina.
El cigarrillo para tus ojeras,
ese nuevo frío en las manos.
Falta poco.